Del “Maoz Tzur” judío tradicional al “Anu Nosim Lapidim” del judaísmo sionista
moderno.
La
tradición judía rabínica, aunque fuera de la canonización halájica, ha
instaurado como una de las costumbres de la festividad de Jánuca la
entonación de la canción “Maoz Tzur”. La misma se piensa que fue escrita
durante el Siglo XIII, época de las cruzadas, y relata literariamente la
historia judía, haciendo mención a algunos de los enemigos que ha tenido el
pueblo judío: Hamán, Antiojus Epifanes, y otros. Una de las interpretaciones del título
de esta poesía- canción se relaciona a “roca”, “fuerza”. Otras versiones dicen
que Maoz, es efectivamente en referencia a “fuerza” y Tzur, es en
referencia a “Beit Tzur”, una de las fortalezas de los Jashmonaím
(ubicada entre Jerusalén y Hebrón) que a su vez refiere a la batalla de “Beit
Tzur” que los Jashmonaím han sostenido frente a los seléucidas, en el Siglo II AEC. A modo de análisis, vayamos a la primera
estrofa de esta canción:
“Maoz Tzur”, mi
salvación,
cuán bello es alabarte,
restaura nuestra
casa de oración (en referencia al templo profanado por los seléucidas)
y allí te
agradeceremos…
En lo que podemos
observar de esta estrofa, hay una estrecha relación entre la fuerza y la
creencia, la alabanza, sumado a los numerosos elementos literarios bíblicos que
posee la pieza.
“Anu Nosim
Lapidim”, nosotros portamos antorchas, es una canción que fue escrita en
los años 30 del siglo XX, en pleno desarrollo del sionismo, previo a la
creación del estado de Israel por el escritor Aharon Zehev. Esta canción
escrita para una marcha de Jánuca, y rechazada vehementemente como
canción alusiva a dicha festividad por el judaísmo tradicional rabínico,
atestigua el carácter laico originario y revolucionario del movimiento
sionista.
La canción recita
en sus estrofas un fuerte y claro mensaje heroico y laico, que se contrapone a
la significación de la luz y el milagro que el judaísmo rabínico tradicional le
otorgó a la festividad de Jánuca, la festividad de las luminarias.
Leamos algunos de
las estrofas que versa la canción que refuerzan el carácter antedicho de ésta:
“Excavamos sobre la roca hasta sangrar,
y se hizo la luz (vaiehí or)”
“Al valle fuimos
y a los montes escalamos, descubrimos fuentes de luz escondidas”
“Un milagro no
ocurrió, una vasija de aceite no encontramos”
Les dejo un link
para quien no conoce esta canción.
De las estrofas que
he citado, el mensaje del cual he hablado está claramente expresado.
Esta canción,
refleja, hasta hoy en día la fractura que existe en la sociedad israelí entre
laicos y religiosos. Entre aquellos que creen en la salvación Divina y aquellos
que creen en la salvación en manos del hombre.
Jánuca a mi modo de ver, es un jag que representa la modernidad, el
devenir histórico del pueblo judío en dicha época, la restauración de la
soberanía judía sobre su modo de vida en su tierra, la resignificación de las
costumbres, e incluso, su fortalecimiento y la adopción de nuevas; en otras
palabras, es Jánuca a mi modo de ver, la victoria de la cosmovisión del
pueblo judío. Pues, el pueblo judío es un pueblo que se alimentó durante toda
su historia de las resignificaciones contextuales, y la real victoria, es que a
pesar de eso, logró mantener sus núcleos duros y seguir existiendo. Y lo más
valorable aún, que tanto el “maoz tzur” como el “anu nosim lapidim”
han construido (y siguen construyendo) el hogar nacional del pueblo judío, en
su tierra ancestral, la Tierra de Israel.
¿Qué canción vas a
cantar para encender las últimas velas de Jánuca?
Itzjak Rabin: Soldado de la paz
“Solo hay un medio
extremo para santificar la vida humana, esa única solución es la paz verdadera”
(Itzjak Rabin Z´´L, del discurso en Oslo 1994 tras recibir el
premio nobel de la paz)
“…Fui militar durante 27 años. Luché
cuando la Paz no tenía posibilidades. Creo que ahora las tiene, y muchas.
Debemos aprovechar esto en nombre de todos los que están aquí presentes, y en
nombre de los que no están aquí, que son muchos. Siempre creí que la mayoría de
la gente quiere la Paz y está dispuesta a asumir riesgos por la Paz…” (Itzjak
Rabin - Tel Aviv, 4 de noviembre de 1995) Este fue las últimas
palabras de Rabin en público antes que su vida terminara en mano de un atentado
a perpetrado por un extremista israelí. Pero estas palabras marca su incansable esfuerzo de toda una vida por alcanzar la paz en Medina Israel convirtiéndose en un autentico soldado
de la paz. Desde muy joven su
vida está marcada por la entrega al servicio a Medina Israel y al pueblo judío.
Itzjak Rabin el militar y el político del gobierno de Israel
comprendió que lograr la seguridad de la nación implicaba el máximo sacrificio
para muchos jóvenes de judíos y el dolor en otras naciones. Es por esta razón es
que percibió más que otro lideres en el mundo o israelíes que la palabra shalom
no es solamente paz como ausencia de guerra. Sino que va mas allá de ese
estadio, shalom deriva de la palabra “shalem”, que significa “integridad,
completitud”. Esta debe ser tanto individual como en el marco social, pues si
en alguno de estos ámbitos se carece de Shalom, no hay integridad posible.
Rabin tenía muy presente que la tarea de los lideres es lograr
garantizar las condiciones de vida de ciudadanos: libertad de expresión;
alimento y vivienda; y lo más importante: la vida misma. Señalo Rabin: “… Un
hombre no puede gozar de sus derechos si no está vivo. Y por eso cada país debe
proteger y preservar el elemento principal de su ethos nacional: las vidas de
sus ciudadanos”.
Solo para defender esas vidas podemos llamar a nuestros ciudadanos
a que se enrolen en el ejército. Y para defender las vidas de nuestros
ciudadanos que sirven en el ejército, invertimos enormes sumas en aviones y
tanques y otros medios. Pero a pesar de todo, fallamos en nuestra misión de proteger
a nuestros ciudadanos y soldados. Los cementerios militares en todos los
rincones del mundo son un testimonio silente del fracaso de los líderes
nacionales en la defensa de la santidad de la vida humana.
Sólo hay un medio extremo para santificar la vida humana. Esa única
solución radical es la paz verdadera”. (Itzjak Rabin Z´´L, del discurso en Oslo
1994 tras recibir el premio nobel de la paz)
Esta palabras nos deja un enorme enseñanza para nosotros y las
generaciones futuras el valor de la vida y como debemos alcanzar la paz
duradera con los países vecinos a Medina Israel. Siendo la paz un valor en una construcción permanente, y no es tan sólo un deseo o el saludo más tradicional al encontrarse y al despedirse en
nuestro país “Busca la paz y persíguela”, son las palabras del salmista Rabin
a lo largo de su vida tuvo siempre presente este principio y la defendió con
acciones no solo palabras. Y nos dejo un misión para todos los que formamos parte de Medina
Israel y las autoridades de gobierno que en Israel no representa :
“..Para Israel, no hay camino sin dolor, pero el camino de la Paz
es preferible al camino de la guerra
Esto se los digo como ex-militar, como un hombre que es hoy
Ministro de Defensa y ve el dolor de las familias y los soldados de las Fuerzas
de Defensa Israelíes (FDI). Por ellos, por nuestros hijos y, en mi caso, por
nuestros nietos, quiero que el gobierno busque exhaustivamente cada apertura,
cada posibilidad de promover y lograr una Paz global. Incluso con Siria será
posible hacer la Paz.
Esta manifestación debe enviar un mensaje al pueblo
israelí, al pueblo judío de todo el mundo, a los muchos pueblos del mundo árabe
y, de hecho, a todo el mundo, de que el pueblo israelí quiere la Paz y la
apoya. Por todo esto, les doy las gracias".
(Itzjak Rabin
- Tel Aviv, 4 de noviembre de 1995)
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